Muchos deportistas españoles ven en el sistema universitario estadounidense una atractiva oportunidad para acelerar su progresión deportiva en óptimas condiciones, a la vez que amplían enormemente sus perspectivas laborales para un futuro posterior a sus años en competición. Sin embargo, creen que esta posibilidad sólo está al alcance de los mejores… aunque la realidad es bien distinta.

La vida de la inmensa mayoría de los deportistas de alta competición españoles tiene muy poco que ver con el glamour, los contratos millonarios y la permanente atención de los medios de comunicación que se mueve alrededor de deportes como el fútbol. Para los deportistas de modalidades no tan favorecidas, aunque sean, como en muchos casos lo son, estrellas mundiales de su especialidad, el gran reto a superar comienza mucho antes de medirse en competición: necesitan asegurar su propia supervivencia como deportistas. Acceder a los mejores medios de preparación no es fácil y tampoco se van a hacer millonarios con su actividad deportiva, así que no pueden dejar de lado su formación académica si quieren asegurar su futuro. El sacrificio que se les exige es grande.

En este contexto, la opción de trasladarse a Estados Unidos para simultanear su progresión deportiva en excelentes condiciones con unos estudios universitarios de alto prestigio, se presenta como una alternativa muy valorada. Y es ahí donde surgen las dudas: ¿Puede mi familia asumir el alto coste económico que conlleva esta opción? La respuesta, en la mayoría de los casos, será un rotundo NO, por lo que la posibilidad de alcanzar el objetivo pasa necesariamente por la obtención de una beca deportiva que ayude a aliviar el elevado desembolso requerido. Y entonces, ¿mi nivel deportivo es suficiente para que me concedan una de estas becas?

El prestigioso sistema universitario estadounidense se basa en un modelo diseñado para dar las máximas facilidades a los alumnos que desean compaginar sus estudios con su práctica deportiva. Invierte mucho dinero en proporcionar becas para que sus mejores estudiantes reciban una formación académica de muy alto nivel, de las más reconocidas a escala mundial, a la vez que ofrece medios de entrenamiento de la máxima profesionalidad para los alumnos deportistas.


La gran cantidad de universidades que hay en EEUU y la diversidad de criterios, conforman un sistema extremadamente complejo que hay que conocer muy bien si el alumno candidato quiere obtener el máximo provecho de las ventajas que ofrece.


Estos principios generales rigen a todas las universidades del país, pero a partir de ahí, cada una de ellas observa sus propias normas y procedimientos de admisión y concesión de becas. Esta diversidad de criterios, unido a la enorme cantidad de universidades que hay repartidas por todo el país, conforma un sistema extremadamente complejo que hay que conocer muy bien si el alumno candidato quiere obtener el máximo provecho de las ventajas que ofrece.

En Estados Unidos hay más de mil universidades que ofrecen becas para una veintena de modalidades deportivas y el sistema académico está estructurado en siete niveles diferentes. Con tantas combinaciones posibles en cuanto al rango deportivo y académico, los requisitos son muy variables dependiendo de la universidad a la que se opte. El nivel requerido depende mucho del deporte. Hay deportes como baloncesto o atletismo, en los que EEUU es una potencia de primer orden y conseguir una beca es muy complicado. Pero en otras modalidades es más fácil porque el nivel medio en España es más alto que en EEUU, como sucede, por ejemplo, en el tenis o el fútbol.

La opción de estudiar en EEUU mientras se practica deporte se convierte en especialmente atractiva cuando hablamos de fútbol femenino. A las ventajas ya mencionadas se añade el hecho de que la liga femenina profesional de EEUU es un objetivo de primer orden para las jugadoras. Su altísimo nivel competitivo, los recursos económicos con los que cuenta, los salarios que ofrece a sus futbolistas, a las que trata como auténticas estrellas, sitúan a esta liga varios peldaños por encima de casi todas las de Europa en cuanto a profesionalización.

Este contexto tan favorable impulsó el nacimiento de Playball Agency, agencia de representación y asesoramiento centrada exclusivamente en el fútbol femenino. Playball Agency es la única agencia de becas en Estados Unidos dedicada 100% al fútbol femenino, por lo que en poco tiempo se ha posicionado como una verdadera empresa especialista en este deporte y la mejor opción para cualquier mujer futbolista que quiera vivir el sueño americano.

Según su fundador, Jaime Gómez, el propósito es “ayudar a las grandes promesas a desarrollarse deportivamente de una forma profesionalizada, a la vez que se forman en una carrera universitaria”. El objetivo de esta agencia es el de asesorar a estudiantes y deportistas en el proceso de obtención de becas académicas, deportivas e internacionales en EEUU. “El crecimiento del fútbol femenino pasa por hacer un buen trabajo desde la base y para ello ofrecemos a las futbolistas la posibilidad de vivir la experiencia de estudiar y competir en las mejores Universidades de Estados Unidos.”

Según comentan desde la agencia, este proceso de asesoramiento de becas se compone de diferentes fases, como la obtención de información académica y deportiva, el proceso de búsqueda de universidad ajustada a la deportista, admisión en la universidad, seguimiento durante la experiencia y orientación profesional una vez finalizados los estudios. “La agencia está pendiente en todo momento de sus deportistas, cuidando y preocupándose de cada detalle, ofreciendo siempre un servicio individualizado para cada jugadora”, señala Jaime Gómez


“El crecimiento del fútbol femenino pasa por hacer un buen trabajo desde la base y para ello ofrecemos a las futbolistas la posibilidad de vivir la experiencia de estudiar y competir en las mejores Universidades de Estados Unidos.” (Jaime Gómez – Playball Agency)


Las dudas no solo alcanzan a los estudiantes más inseguros con su nivel deportivo. También a los que se encuentran en el extremo opuesto, los deportistas que ya han demostrado un alto valor competitivo y han empezado o están a las puertas de integrarse en las selecciones nacionales de sus disciplinas. Aunque su valía deportiva les va a permitir optar holgadamente a estas becas, temen que trasladarse al otro lado del Atlántico a continuar sus estudios les impida participar en competiciones internacionales representando a España. En este caso, deben saber que la NCAA, el organismo que regula varias de las ligas universitarias más importante, permite la participación de los deportistas con sus selecciones nacionales. Tan solo en algunas situaciones puntuales, por ejemplo, si la competición coincide con fechas de exámenes, será necesario acordarlo con la universidad. Pero en términos generales, los deportistas no encontrarán dificultades para desarrollar también esta faceta. Hay casos como el de Leticia Romero  que conquistó la medalla de plata en baloncesto en los Juegos Olímpicos de Río 2016, mientras cursaba sus estudios en la Florida State University.

Podemos concluir afirmando, a modo de resumen, que el acceso al sistema universitario estadounidense ofrece opciones asequibles para casi cualquier deportista con un buen nivel competitivo. Pero es un mecanismo muy amplio y complejo, por lo que si que si el estudiante aspirante pretende maximizar sus opciones y obtener las mejores condiciones posibles de acuerdo a sus cualidades, le resultará extremadamente valiosa la ayuda que le puedan proporcionar profesionales especializados.

¡Atrévete a dar el salto!