Un procedimiento sancionador de la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y la Competencia) contra la Corporación de Radio y Televisión Española se ha resuelto con una multa de 341.280 euros por la emisión de campañas publicitarias de productos cuya difusión no estaría incluida en las excepciones admitidas para su emisión. Se trata de spots de empresas patrocinadoras del Plan ADO.
Un procedimiento sancionador de la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y la Competencia) contra la Corporación de Radio y Televisión Española se ha resuelto con una multa de 341.280 euros por la emisión de campañas publicitarias de productos cuya difusión no estaría incluida en las excepciones admitidas para su emisión. Se trata de spots de empresas patrocinadoras del Plan ADO.
El programa de preparación de nuestros deportistas olímpicos, el Plan ADO, no atraviesa por su mejor momento. Incluso podríamos asegurar que está herido de muerte. Aquel magnífico planteamiento que propició tan buenos resultados en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, ha ido perdiendo fuelle con el paso de los años y hoy es ya, sin duda, un modelo obsoleto.
En un momento en el que la colaboración público – privada se muestra como elemento imprescindible para la financiación del deporte español (y en ello vienen insistiendo todos los estamentos rectores del deporte desde hace años), el modelo todavía no hace más que darles la razón mostrando cada día una nueva grieta en su armazón.
Crisis económica al margen, los ingresos de ADO se han ido viendo paulatinamente mermados debido a la pérdida de interés por parte de las empresas. ¿La razón? Fundamentalmente, las escasas contrapartidas que reciben a cambio de sus aportaciones económicas. Y justo ahora, aparece esta sanción a RTVE (uno de los principales socios de ADO), que supondrá que el ente, además de pagar la multa, tenga que suprimir la emisión de spots de otras empresas patrocinadoras del programa ADO. Con lo cual, va a desaparecer uno de los pocos atractivos con los que todavía contaba el Plan.
El deporte es un valor seguro para las empresas porque es capaz de generar muy elevados retornos para sus inversiones. Pero si esos retornos no aparecen por ningún sitio… ¿por qué invertir en deporte? ¿Qué empresa va a estar dispuesta a hacer el notable desembolso necesario para convertirse en socio del Plan ADO? Tratar de encontrar mecenas que se presten a aportar su dinero sin esperar nada a cambio se antoja una tarea complicada en estos tiempos que corren.
Y eso no es todo. Hay otro factor que está jugando en contra del modelo. Si hay algo que espanta a las empresas, es la incertidumbre. Y el modelo de financiación del deporte por parte del sector privado está mostrando últimamente demasiados puntos de incertidumbre, lo cual no va a contribuir precisamente a atraer a las empresas. Hace unos meses, el Ministerio de Hacienda endurecía sus criterios en la aplicación de desgravaciones fiscales sobre las inversiones realizadas en los eventos de excepcional interés público, lo que acabó dando al traste con la celebración de la Barcelona World Race 2019, que fue suspendida por la organización por la falta de apoyos económicos. Ahora, esta sanción, motivada por discrepancias entre la CNMC y RTVE en la interpretación de las emisiones de spots permitidas al amparo del patrocinio de programas deportivos, podría poner en jaque al Plan ADO si sus patrocinadores pierden la contrapartida televisiva.
El mundo del deporte pide la colaboración de las empresas para poder seguir creciendo. Y las empresas siempre han mostrado su predisposición a invertir en el deporte. Pero no de cualquier manera: reclaman un marco legal y fiscal favorable, claro y adaptado a la realidad del siglo XXI.
Los resultados de nuestros deportistas son extraordinarios. Pero el modelo deportivo español está a la cola de las grandes potencias mundiales. Obtenemos éxitos muy por encima de lo que cabría esperar según el dinero invertido. Pero eso no un éxito de nadie (salvo de los propios atletas), sino un auténtico milagro, que no es sostenible y que antes o después se va a desmoronar si no hacemos algo para evitarlo. Así que hagámoslo ya mismo. Es el momento.