Las redes sociales han puesto al servicio de los deportistas una poderosa herramienta de comunicación para conectar con una audiencia potencialmente masiva. Un arma muy eficaz que les permite dirigirse de tú a tú a sus seguidores sin depender de la atención recibida de los medios de comunicación convencionales, pudiendo elegir el momento y el contenido de sus mensajes. Pero ¿saben los deportistas construir el mensaje adecuado para explotar en su beneficio todo este potencial?

Para un deportista de alto nivel que pretenda dotarse de valor de cara a la obtención de patrocinios, la comunicación de su marca personal es un elemento de suma importancia.  En un artículo anterior (“La marca personal, instrumento para rentabilizar la profesión de deportista”), ya vimos que la marca personal no es un concepto que debamos asociar únicamente al éxito en las redes sociales, sino que es la impresión que, en este caso el deportista, deja en los demás a través de todas las acciones que le proporcionan visibilidad. Acciones que no sólo van a tener lugar en el entorno digital, sino que también van a generar exposición en el plano social (con su presencia en eventos, conferencias, mesas redondas y en la propia competición) y mediático (entrevistas y apariciones en los medios de comunicación).

La construcción de una marca personal sólida, reconocible y valiosa exige que los mensajes difundidos en los ámbitos antes mencionados obedezcan a un discurso coherente, a un posicionamiento de marca diferenciado y orientado a alcanzar un objetivo concreto: ser el elegido. Cualquier deportista aspira a convertirse en el favorito del público, y aspira también a ser el elegido por un patrocinador para asociar su imagen a su marca comercial.

La forma más sencilla y natural de construir un hilo argumental coherente, que podrás utilizar en todos tus ámbitos de comunicación, es a través del storytelling, es decir, posicionar tu marca personal a través de la narración de una historia que te ayude a conectar.


La construcción de una marca personal sólida, reconocible y valiosa exige que los mensajes difundidos en los ámbitos social, mediático y digital, obedezcan a un discurso coherente, a un posicionamiento diferenciado.


Una historia es la distancia más corta entre dos personas. En primera instancia, entre el deportista y su seguidor. Pero también son personas los representantes de las empresas patrocinadoras, esos con quienes pretendes alcanzar un acuerdo, los que te van a dar un SÍ o un NO y con los que también necesitas conectar. Y no olvides que el interés del patrocinador se centra en que su marca conecte con sus consumidores de la forma más directa posible, para lo que también a él le será útil emplear una historia: la tuya. Una historia que es, en esencia, tu posicionamiento de marca.

La construcción de tu historia no requiere que en tu vida se haya producido ningún acontecimiento excepcional. Todos tenemos una historia que contar, la nuestra, y la podemos encontrar fácilmente. Pero eso sí, para construir una historia (y, por tanto, una marca personal) que resulte atractiva a tus audiencias, deberás seguir algunas reglas básicas:

    • Tu storytelling debe estar orientado a un objetivo claro: posicionar de la mejor forma posible tu marca personal. Tu historia debe contar tus valores, tus sueños y tus logros de una manera humana, pero nunca, en ninguna situación, tienes que perder de vista cuál es el objetivo que persigues.
    • Conócete a ti mismo antes de intentar contar una historia sobre ti. Sé honesto y busca tu esencia, aquello que realmente eres. No te esfuerces en ser correcto, es preferible que seas tú mismo, porque es precisamente tu autenticidad lo que te hace diferente de los demás.
    • Cuenta tu historia desde un punto de vista útil para los demás, de una forma que les pueda servir de inspiración: por qué haces lo que haces y cuál es tu personal forma de hacerlo. Explica lo que las experiencias vividas te han enseñado para el futuro.
    • Busca el corazón de tu historia: por qué la historia que quieres contar es ésta y no otra, cuál es el pensamiento que la alimenta. Ten en cuenta que la emoción es la clave. La capacidad de conectar que tendrá tu historia va a depender de las emociones que pueda generar en tu audiencia.
    • Ponte en el lugar de tu audiencia: quizá lo que a ti te parece interesante, no lo sea tanto para tu público. Evita caer en el relato egocéntrico. Tus seguidores quieren saber cosas del deportista, claro que sí, pero también están muy interesados en descubrir a la persona que tiene una vida más allá del deporte.

Aunque se trata de unas reglas muy elementales y fáciles de aplicar en la práctica, son muy pocos los deportistas que las tienen en cuenta y saben utilizarlas correctamente en su comunicación para aportar valor a su marca personal. El resto, la inmensa mayoría, desperdicia la capacidad de esta poderosa herramienta al caer en alguno (o en todos) de los tres grandes errores en la gestión de su marca personal:

    • Actuar centrándose sólo en el presente, dejando de lado la estrategia a largo plazo que le ayudaría a preparar su futuro después de abandonar la competición. El trabajo día a día en pos de una mejora de sus resultados deportivos, le impide trazar un horizonte más allá de la temporada en curso. Y la visión a largo plazo es la verdadera clave del éxito.
    • El uso de las redes sociales, el terreno que más difusión puede otorgar a los atletas de disciplinas minoritarias, no obedece a una estrategia bien planificada y orientada a un objetivo. El deportista utiliza sus redes como un medio para comunicar sus actividades, y no como una herramienta que le permite interactuar y dialogar con su audiencia.
    • Focalizar la comunicación sobre un determinado público, con el que el deportista se siente más cómodo (por ejemplo, sus seguidores en redes sociales), dejando de lado la atención a otras audiencias importantes, como patrocinadores, medios de comunicación o público de otros deportes. El trabajo simultáneo sobre todas las posibles audiencias del deportista puede dar lugar a sinergias que ayudarían enormemente a consolidar el valor de su marca personal.

El trabajo del deportista sobre su marca personal es el paso más importante que debe dar si quiere atraer seguidores y patrocinadores. Una marca personal bien valorada seguirá siendo útil al atleta después de su retirada, y podrá resistir, incluso, fracasos en el plano deportivo que, de otro modo, harían caer al deportista en el olvido.

Imagen:34 super héros [CC BY-SA 3.0], from Wikimedia Commons