A todos los deportistas, sin excepción, les gustaría contar con patrocinadores privados que les ayudaran a financiar su preparación, la asistencia a competiciones y, por qué no, a rentabilizar su corta trayectoria como atletas de élite. Sin embargo, son muchos menos los que entienden que la búsqueda de patrocinadores es una faceta más de su vida profesional, tan importante como el entrenamiento.

Para la gran mayoría de los deportistas de alto nivel, la búsqueda de patrocinadores es una tarea áspera e ingrata por el escaso rendimiento que les proporciona. Si gracias a sus resultados deportivos han podido acceder a becas y ayudas suficientes para asegurar su preparación y su presencia en competiciones, la búsqueda de otros apoyos se reduce al envío mecánico durante la pretemporada de algunos dosieres y propuestas, todas iguales y poco elaboradas, a un puñado de empresas elegidas casi al azar. O peor aún, a las mismas empresas de siempre a las que todos los deportistas recurren en busca de ayuda. Lógicamente, estas propuestas quedan sistemáticamente condenadas a terminar en la papelera, junto a otras muchas similares, sin haber recibido ni la menor atención.

Son demasiado escasos los ejemplos de deportistas que consideran que la búsqueda de patrocinadores una faceta más de su profesión, que debe ser atendida de forma metódica, bien organizada e incluida en su planificación de actividades con el mismo interés con que programa sus entrenamientos, sus descansos y sus viajes a competiciones. Para los demás, esta tarea queda relegada a la categoría de actividad secundaria, realizada de forma poco estructurada y sin una adecuada base técnica.

¿Qué razones llevan a estos deportistas a aceptar y mantenerse en esta situación, que no les reporta ningún beneficio?

  • La búsqueda de patrocinios requiere tiempo y esfuerzo y es demasiado difícil conseguir uno. Obviamente, la captación y mantenimiento de un patrocinio implica un trabajo, pero la recompensa que se puede obtener supera con creces el esfuerzo invertido.  La clave está en trabajar de manera estructurada, trazar un plan y ejecutar las acciones que te aseguren que vas a llegar a la empresa correcta por la vía adecuada y vas a ofrecer un producto adaptado a sus necesidades (¡no a las tuyas!).
  • La situación económica es desfavorable y no hay dinero para patrocinios. Los datos confirman que la realidad es muy distinta: la inversión en patrocinio deportivo no para de crecer año tras año. Sé honesto contigo mismo y pregúntate por qué otros consiguen lo que tú no eres capaz de conseguir. ¿Quizá porque han dedicado tiempo y esfuerzo a seleccionar a la empresa adecuada y a preparar para ella un paquete de patrocinio a medida capaz de proporcionar valiosos retornos económicos? Elimina la ventaja que otros han tomado sobre ti.
  • Con mis éxitos deportivos, debería tener una larga cola de patrocinadores llamando a mi puerta. Ponte por un momento en la piel del patrocinador y comprenderás que para él, tu brillante palmarés deportivo no tiene ningún valor… a no ser que tú seas capaz de convertirlo en una herramienta de comunicación eficaz y ajustada a sus estrategias de marketing. Sé proactivo y trabaja a fondo tus propuestas.

El deportista debe comprender que el patrocinio no es una ayuda a fondo perdido, sino una relación de mutuo beneficio que, correctamente planificada y trabajada con la vista puesta en el largo plazo, debe proporcionar a la empresa patrocinadora múltiples vías de explotación de su inversión.

Por su parte, el deportista obtendrá un soporte económico que le va a facilitar:

  • Liberarse de gastos generados por su actividad deportiva, que antes tenía que costear con sus propios ahorros o los de su familia.
  • Contratar a buenos profesionales, como entrenadores o fisioterapeutas, que le ayudarán a mejorar su grado de preparación.
  • Tomar parte en las competiciones que quiera, sin tener que renunciar a ninguna por no poderse permitir el coste de viajes y estancias.
  • Acceder al mejor equipamiento.
  • Obtener un nivel de ingresos que le permita dedicarse exclusivamente a su actividad deportiva.
  • Crear un patrimonio de cara al futuro después de la retirada de la competición.

Pero los beneficios que el patrocinio puede proporcionar al deportista van más allá de esta lista de ventajas materiales y le abre oportunidades de desarrollo personal y profesional igualmente valiosas:

  • Incrementará su red de contactos y le abrirá puertas antes cerradas por completo, lo que hará aparecer buenas oportunidades profesionales para después de la retirada.
  • Su exposición mediática aumentará, alcanzando a nuevas audiencias. Mejorarán las habilidades personales del deportista en el trato con la prensa y el público.
  • Su número de seguidores en redes sociales crecerá gracias al apoyo de la marca patrocinadora.
  • La experiencia obtenida facilitará la llegada de nuevos patrocinadores, que habrán podido comprobar el valor del deportista como activo para una marca.

La búsqueda de patrocinadores requiere trabajo, es innegable. Pero sin duda alguna, compensa con creces el esfuerzo invertido y los resultados no tardarán en llegar si se aplican las técnicas adecuadas y se organiza la tarea con profesionalidad.

Todos los atletas saben muy bien que no existen fórmulas mágicas para alcanzar el éxito deportivo, que éste solo llega a través de la preparación metódica, el trabajo duro, la constancia y la aplicación de las técnicas más novedosas. Esa es la única receta válida. Y es la misma que os hará triunfar también en los despachos de los patrocinadores.